Publicado: 24 de Febrero de 2016 a las 09:46


Imagina un lugar que recordarás el resto de tu existencia.        
Los recuerdos de sus contrastados paisajes, de sus variados bosques de sus ríos con limpias aguas, te incitarán al regreso. 
También recordarás sus rincones mágicos con interesantes ermitas románicas, esbeltos torreones y castillos y demás tesoros patrimoniales. 
Seguro que la tranquilidad de sus pueblos, sus vivas raíces, su apetitosa gastronomía y el encanto de sus gentes, quedarán para siempre impresos en tu memoria. Desde tu visita tu única obsesión será volver a Las Merindades. Volverás. 

En el norte de la provincia de Burgos, más de 360 núcleos de población, extendidos en una superficie similar a la vecina Vizcaya, componen la amplia comarca de Las Merindades 
En ella, el Ebro y la Cordillera Cantábrica han condicionado un paisaje contrastado, que posibilita la convivencia de diferentes especies vegetales y animales. 

Paisajes de ensueño     
La diversidad vegetal existente origina un variado colorido en el medio natural, atractivo en todas las estaciones del año. 
Paisaje de calidad: amplias depresiones y desolados páramos; valles glaciares y escarpadas montañas; grandes cavidades y desafiantes desfiladeros; saltos de aguas y caudalosos ríos; bosques autóctonos y empinadas praderas; todo ello está presente en el paisaje de nuestra tierra. 

Herencia del pasado     
Desde el hombre primitivo, en Ojo Guareña, hasta nuestros días distintos pueblos nos han legado su herencia. 
En la Edad Media la comarca jugó un crucial papel en la Repoblación como núcleo del origen de Castilla. 
Merindad: El término, que aparece en el siglo X, hacía referencia a un territorio donde un Merino ejercía como representante real. 
Del patrimonio religioso, destacan las numerosas iglesias románicas que a pesar de su reducida dimensión son poseedoras de una buena unidad de estilo. El Gótico también ha dejado buenos ejemplos. 
Las abundantes torres defensivas y casas fuertes son restos de su belicoso pasado, de las luchas entre los linajes de los Salazar y de los Velasco. La casona Blasonada está presente en la mayoría de nuestros pueblos. 
Como conjuntos monumentales resaltan los de Oña, Frías, Espinosa y Medina de Pomar. Una mención especial merece la casa popular, que basada en el modelo montañés, tiene en la solana su elemento más singular. 

Lugar para disfrutar.      
La tradición y la fiesta aún siguen vivas en Las Merindades. Romerías y fiestas populares siguen reuniendo año tras año a los habitantes de la comarca y a curiosos visitantes que se acercan hasta aquí para descubrirlas. 
En los meses estivales numerosas localidades celebran animadas fiestas. No nos olvidamos de los mercados semanales, las ferias ganaderas y otros acontecimientos culturales. 
Los productos gastronómicos gozan de una merecida fama debido al empleo de materias primas de calidad y a la esmerada fabricación artesanal. Gracias a su sabor natural, las carnes de la comarca han alcanzado un reconocido prestigio. 
Degustar la elaborada cocina del norte es posible en los numerosos restaurantes, que se caracterizan por su buena relación calidad precio. 
La oferta de alojamiento lleva años apostando por la calidad. Podemos encontrar desde pisos de alquiler para los meses estivales, hasta hoteles, hostales, albergues, casas rurales, posadas, centros de turismo rural, colonas de vacaciones y campings. 
Las merindades constituyen un marco ideal para practicar deportes en el medio natural: senderismo, bici de montaña, escalada espeleología, esquí, vela rafting, piragüismo, golf, pesca, caza, equitación y toda clase de deportes aéreos. Actividad para todos los gustos durante todo el año.